Tomo este título de una proposición de Concepción Arenal, quien era una excelente conocedora del Derecho y que vivió en los últimos setenta y tres años del siglo XIX.
Los sentimientos por ella expresados son distintos y, en función de cada caso, tenemos necesidad de saber que no es lo mismo la abstracción del delito
que la personalidad de quien delinque.
Utilizo este enfoque para hacer referencia a nuestro presidente del gobierno, quien ha abstraído tanto el delito de sedición que hasta lo ha hecho desaparecer del código penal.
Además se ha compadecido tanto de los sedicentes que, tras algunos días en la cárcel, los indultó.
Realmente Sánchez no ha sabido o querido diferenciar entre delito de sedición y quienes lo comenten.
No sólo se compadece de los delincuentes sino que amó tanto el delito que hasta lo ha hecho desaparecer.
Si analizamos el caso del señor Griñan se debe reconocer que cometió el delito de no vigilancia para con algunos de
sus compañeros de gobierno pero nos compadecemos de él por los muchos atributos de bonhomía que ofrece.
La compasión de Sánchez con el delincuente se ha materializado en dulcificar la pena, que lleva consigo la malversación de fondos públicos, utilizados para financiar aquel golpe de Estado del Parlamento de Cataluña, que fue abortado por aplicación del artículo 155 de nuestra Constitución.
¿ Cuáles son las consecuencias de esta confusión entre delito y comitente ?
El no extirpar el sentimiento independentista catalán que se acaba de manifestar ante la visita del Presidente de Francia a Barcelona.
Sánchez ha creído que el perdón para con el delincuente y eliminar las penas junto al delito servirían para eliminar el enfrentamiento entre independentistas y la exclusión de todo lo que suene a España.
Pero ha terminado por fomentar el peor fanatismo.
Nuestro presidente de gobierno no reconoce que el sentimiento independentista fundamenta el derecho colectivo de algunos catalanes a su identidad, lo que les conduce a reclamar independencia.
Sánchez cree que sus indultos y restantes medidas, ya comentadas, enriquecerán la convivencia en Cataluña que se pondrá al servicio de la cooperación entre Cataluña y el resto de las regiones de España.
Pero la rápida reacción ha sido lo contrario.
El presidente de la Generalidad se ausentó en el momento en que iban a sonar los himnos de Francia y España y,
al mismo tiempo, se manifestaban los indultados para proclamar y defender su derecho a la autodeterminación y a ser independientes de España.
En tanto que Sánchez y Macron pretendían dar una imagen de cooperación y cosmopolitismo los de Esquerra y Juntos por Cataluña se dedicaban a exhibir sus particularismos.
Y todo esta exhibición se desarrolla para satisfacer el necesitado baño narcisista que Sánchez precisa para continuar en el poder.
Y para edificar sin fundamento su liderazgo.
José Javier Rodríguez Alcaide