LA TRANSICIÓN, UN HITO OLVIDADO
LA TRANSICIÓN, UN HITO OLVIDADO
Por: Anselmo Menéndez Herrero (Miembro del Aula Política Joven)
El 31 de octubre de 1978 se aprueba por las Cortes Generales en sesión plenaria, se ratifica por el pueblo español en el referéndum del 6 de diciembre y es sancionada por el S.M el Rey Juan Carlos I ante las Cortes el 27 de diciembre del mismo año.
Se trata de la Constitución, que finalizó así un periodo denominado como La Transición, 20 meses en los que se desmanteló un régimen y se dio paso a una democracia plena, donde se respiraba un espíritu de concordia, donde todas las ideas tenían cabida y donde la libertad era abanderada por el conjunto de la sociedad española. No podemos hablar de La Transición sin recordar al artífice de esta, al piloto, el presidente Suárez, bajo la encomienda del Rey Juan Carlos l y la ayuda de Torcuato Fernández Miranda. Fue este joven de Ávila quien contra viento y marea, llevó a cabo la aprobación de la Ley para la Reforma Política, y nos llevó a las primeras elecciones democráticas en España.
Con el transcurso de las décadas se ha dado valor al trabajo incansable del presidente Adolfo Suárez, y quien lo recuerda hoy, lo hace como si se tratase del héroe sin capa de la más épica de las leyendas. Su contribución, no merece menos. Sin embargo, los jóvenes se enfrentan en la actualidad a una coyuntura política marcada por el levantamiento de muros. Quienes nos gobiernan alimentan la división entre los ciudadanos. Asistimos al desmantelamiento del Estado social y democrático de Derecho y sus instituciones. Observamos como el hito de la Transición está siendo olvidado por nuestros dirigentes.
En los últimos meses no dejamos de ver ataques a jueces, a fiscales, a funcionarios por parte de aquellos que alzaron un gobierno con un pacto de dudosa calidad y dudoso respeto a sus propias promesas. Los jóvenes no vivieron La Transición de forma directa, pero si algo han aprendido en el proceso de formación y aprendizaje, es la importancia de escuchar. Escuchar a aquellas personas que sacrificaron su interés individual para obtener una democracia en la que participamos todos. Hoy el espíritu de reconciliación y concordia está reflejado en la inmensa mayoría de personas que vivieron esta etapa y sus enseñanzas.
La juventud española, trata de evocar el espíritu de concordia entre españoles. Por supuesto que existe el debate, la confrontación de ideas, pero siempre bajo un marco de respeto, de moderación, nunca con un enemigo delante, sino con un adversario. Cada vez son más los jóvenes que abandonan la doctrina política actual y se suman al espíritu de La Transición. Se suman a un proyecto de entendimiento entre españoles, a la fórmula que da valor a la palabra, al puedo prometer y prometo, a la política en mayúsculas.
La Constitución supone la base del Estado de Derecho en el que vivimos, los jóvenes tienen el deber de conocerla y respetarla. Se dio en un momento de la historia de España, en que la sociedad se volcó en el proceso de convertirse en una nación fuerte, en una democracia plena. Además, es la propia Constitución la que contempla en su Título X la posibilidad de la reforma, siempre, eso sí, bajo unos criterios determinados y la ratificación del pueblo español, de todo el pueblo español.
Hoy vivimos en una democracia en la que debemos estar agradecidos a todos los que participaron en ese hito, a veces olvidado, porque gracias a su trabajo, a su esfuerzo, la sociedad española salió adelante. Y a esa sociedad española, le queda mucho por escribir. Que la Transición que nos dimos entre todos los españoles no la deshaga el interés de unos pocos. No puedo finalizar de otra manera que no sea recordando las palabras talladas de por vida en la lápida del artífice: «La concordia fue posible».