NO FILTRARÁS

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NO FILTRARÁS

En el año 1973 el Tribunal Supremo de los Estados Unidos afirmó, en la sentencia Roe contra Wade, que existe un derecho fundamental de la mujer a la privacidad, que le permite abortar libremente. Fue una doctrina débil, controvertida y contradicha en parte desde entonces, pero que hoy ha vuelto a la actualidad.

Se esperaba en Washington en los últimos meses una resolución trascendental sobre el aborto. El pasado 2 de mayo el periódico digital «Político» de Washington ha provocado el mayor escándalo de toda la historia judicial de los Estados Unidos.  Afirmó que cinco magistrados de los nueve que forman el Tribunal Supremo habían votado en el sentido de desechar la doctrina de Roe contra Wade y filtró íntegro el primer borrador de la sentencia propuesta a sus compañeros por el juez Samuel Alito, para resolver el asunto «Dobbs v. Jackson Women´s Heah Organization», sobre una ley restrictiva del aborto del Estado de Misisipi.

En este caso, los noventa y ochos folios del borrador filtrado al periódico tildan de <egregiamente equivocada desde el principio> la doctrina de Roe contra Wade, afirman que constituyó un <verdadero abuso de la autoridad judicial> y que <la Constitución de Estados Unidos no confiere un derecho a abortar>. Por ello, la autoridad de restringir o prohibir el aborto no deriva de la Constitución y debe ser devuelta a los Estados miembros, a los que corresponde regularla a través de sus representantes legítimamente elegidos.

La filtración se confirmó cuando el propio presidente del Tribunal Supremo John Roberts difundió −al día siguiente, 3 de mayo− una nota de prensa en la que reconocía que el borrador de sentencia publicado era auténtico, que su filtración representaba <un terremoto en la confianza entre los magistrados y miembros del staff> y <el pecado más imperdonable y la mayor traición posible al Tribunal Supremo>. Precisó que el texto no constituía todavía la decisión final del Tribunal, que se espera para finales de junio, y acordó que la policía interna del propio Tribunal investigará lo sucedido.

Es una rutina necesaria en el funcionamiento del Tribunal Supremo que los borradores internos sobre los asuntos pendientes circulen entre sus nueve magistrados, los letrados y los miembros secretaría para los cambios y matizaciones pertinentes. Los jueces cambian frecuentemente las palabras e incluso sus posiciones sobre los proyectos de sentencia. Todos los tribunales guardan celosamente estos preliminares como secretos y más en los Estados Unidos donde las filtraciones son muy infrecuentes y no habían alcanzado nunca, en toda la historia del Tribunal Supremo, una gravedad semejante a la filtración actual. Cuando un Tribunal no ha alcanzado todavía una resolución final filtrar sus trabajos internos en un caso es el ataque más grave que se puede cometer contra su independencia, porque facilita la oportunidad de corromper sus deliberaciones y posibilitar que los magistrados en duda cambien de opinión o persuadan a otros para que se sumen a su mayoría o formen otra distinta.

Lo insólito de este asunto radica en las reacciones a esta grave filtración porque, con excepciones muy tenues, no se han dirigido contra el filtrador o filtradores, que han infringido una herida grave al prestigio del Tribunal Supremo, sino contra el sentido del proyecto de sentencia de Samuel Alito, que quiere abandonar la doctrina de Roe contra Wade y rechazar que el aborto sea un derecho fundamental.

La filtración se ha producido a pocos meses de las llamadas <mid term elections> (que se celebrarán el martes posterior al primer lunes de noviembre de este año). En ellas se elegirá −a medio mandato del presidente demócrata Biden− toda la Cámara de Representantes, un tercio del Senado, 40 gobernadores y muchos cargos municipales. ¿Se debe atribuir la filtración al deseo de despertar la opinión pública de los partidarios del partido demócrata y hacer recaer el peso de esa opinión pública sobre los jueces contrarios al Roe contra Wade? Las encuestas dicen que la filtración puede ser importante para el resultado de esas elecciones, que todavía es incierto, pero favorable al partido republicano.

Es significativo que, desde el mismo momento en que se produjo la filtración, masas de manifestantes −la mayor parte de ellos en contra del proyecto del juez Samuel Alito− se hayan concentrado a las puertas del Tribunal Supremo en defensa del llamado “derecho fundamental a abortar de las mujeres embarazadas”, obligando a la policía a colocar barreras de protección, que nos recuerdan las del asalto al Congreso en la disputa de las últimas elecciones presidenciales Se han filtrado, sin reacciones significativas en contra, los domicilios de los jueces del Tribunal Supremo y los manifestantes han «escrachado» sus residencias particulares , especialmente en los casos de Brett Kavanaugh, del ponente Samuel Alito y de los demás magistrados que hasta ahora parecen prestar su apoyo al proyecto filtrado.

El mismo día 3 de mayo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, calificó de <radical> el borrador de sentencia del Tribunal Supremo y sin rubor se proclamó a favor del Roe contra Wade, asegurando que la estabilidad del sistema de derechos fundamentales estaba en peligro en Estados Unidos y que el Tribunal Supremo no debía cambiar su jurisprudencia, porque el derecho de la mujer a abortar es un derecho fundamental. No le quedó a la zaga la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quien atribuyó el borrador de la sentencia a los jueces nombrados por el partido republicano (sic) y calificó la todavía non nata sentencia como una de las peores y más dañinas abominaciones de la Historia moderna. Incluso la vicepresidenta de los Estados Unidos Kamala Harris no dudó en afirmar que los oponentes del Roe contra Wade quieren castigar a las mujeres y arrebatarles sus derechos para poder tomar decisiones sobre sus cuerpos, concluyendo que “los legisladores de los Estados de mayoría republicana están convirtiendo las leyes en armas contra las mujeres.”

Lleva a la reflexión comprobar que la filtración de un borrador de sentencia ya votada y el ataque a la independencia de una institución tan prestigiosa como el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, no resulte lo más importante de este caso, para personas de una formación cultural como los que se han citado.

Mandatos categóricos como el de «no matarás» representan la formulación más primitiva de normas que protegen la existencia de cualquier grupo humano. «No matarás» enuncia una prohibición básica, que desencadena en forma automática una pena para el asesino que realiza la conducta prohibida, así como la repulsa moral de sus congéneres y el ostracismo del asesino respecto del grupo a que pertenece.

«No matarás» encierra en realidad un mandato correlativo de que es obligado respetar la vida de todos los miembros del grupo.

Cualesquiera que sean las circunstancias específicas que rodean una situación de grave estrés, como el aborto −que no desconocemos−, jamás se puede construir como «un derecho fundamental» una acción letal que, en todo caso, comporta el sacrificio de una vida inerme e indefensa.

No puede calificarse como un supuesto <derecho> − el derecho a matar− una  precedencia de los derechos e intereses de la madre sobre una vida gestante, porque el no nacido se encuentra −y así ocurre en la jurisprudencia de los Tribunales Constitucionales de todas las sociedades democráticas− dentro del ámbito de protección y tutela del derecho a la vida, como un ser que nacerá con toda la perfección y dignidad que adorna cualquier vida humana. Afirmar un derecho fundamental al aborto es una monstruosidad jurídica, un absurdo que no se puede cobijar en la Constitución de los Estados Unidos ni en la Carta de Derechos Fundamentales de ningún Estado, o Unión de Estados, civilizados, por mucho que algunos jefes de Estado, tememos que por hipocresía o ignorancia, se atrevan a argumentar lo contrario.

Dejemos al Tribunal Supremo de los Estados Unidos decidir sin presiones si abandona o no el polémico precedente del Roe contra Wade de 1973.

Es muy revelador que, en ese sentido, se acabe de hermanar en Estados Unidos el «no matarás» con otra prohibición esencial para la independencia de cualquier órgano judicial en una sociedad democrática avanzada: «No filtrarás».

LOS TRES PARADIGMAS DE LA POSMODERNIDAD: GUERRA FRÍA – GLOBALIZACIÓN – REGIONALIZACIÓN Y REARME

 

  • DE LA GUERRA FRÍA A LA GLOBALIZACIÓN

 

Tras la segunda guerra mundial se abre un largo periodo posbélico en el que se crea un orden geopolítico que responde al enfrentamiento entre dos grandes bloques político-económicos, USA-EUROPA y la URSS, estancos en todos los ámbitos, que se mantiene, no sin algunas fisuras, hasta finales de los años ochenta.

A partir de los años sesenta, el equilibrio de poder militar resultante de la mutua amenaza de holocausto nuclear para ambos bloques, supone una definitiva disuasión para un enfrentamiento bélico directo, dando paso a la llamada Guerra Fría, equilibrio que sustenta un prolongado escenario de paz generador de la última de las globalizaciones y primera que no se desarrolla manu militari. La actual globalización podríamos afirmar que eclosiona en 1961 con la creación de la OCDE, alcanza su cénit en 1995 con la creación de la OMC y comienza su declive con la crisis financiera sistémica de 2008.

Con la globalización económica se adopta una nueva geo estrategia que incluye el desarrollo de una amplia zona común interbloques, tanto en lo económico como en lo cultural. Ese solapamiento de hegemonías y su extensión a zonas en pugna por alcanzar protagonismo, ha complicado radicalmente la consecución de la estabilidad geopolítica en el contexto internacional.

 

La pretendida bipolaridad USA – China no es tal desde que la interdependencia tecnológica, productiva y comercial entre ambas superpotencias ha alcanzado niveles críticos, convirtiendo a los dos hegemones en un meta hegemón dual. Un buen ejemplo de esa biyectividad es lo acontecido con la Covid 19, en cuyo origen se entrelaza la investigación vírica China con su financiación USA. De esa confluencia de intereses se deriva que nadie haya reclamado nada a nadie por los estragos causados por la subsiguiente pandemia. Esa nueva estructura hegemónica conlleva el que las geo estrategias unidireccionales, como la que Rusia pretende llevar a cabo en la actualidad con la invasión de Ucrania, estén condenadas al fracaso. A partir de este momento los aliados de Rusia se guiarán exclusivamente por patrones oportunistas y cortoplacistas.

 

El paradigma geoestratégico en el que se prioriza la eficiencia económica sobre la seguridad se ha estado desarrollando en el marco de la implantación en Occidente del NOM (Nuevo Orden Mundial). Paradójicamente, la contracultura del nihilismo propugnada por el NOM está imponiéndose en las democracias occidentales con el beneplácito de China y con la oposición de Rusia y la de algunos de los países del este de Europa. Rusia vive en la contradicción de que el humanismo cristiano es incompatible con privar a sus ciudadanos de derechos y libertades individuales fundamentales.

 

 

 

 

  • EL OCASO DE LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA Y EL AUGE DEL GLOBALISMO CULTURAL

 

En el pujante mundo occidental de la deslocalización pacífica de la producción, desde las democracias hacia los estados totalitarios o fallidos, en el 2008 se abate una crisis financiera sistémica y en el 2020 se ceba un virus letal que pone en jaque a su sistema sanitario, poniendo en evidencia la vulnerabilidad de un sistema radicalmente externalizado ante situaciones de estrés. Como consecuencia, se inicia un lento pero irreversible proceso de relocalización de la producción de los sectores más expuestos ante escenarios no controlables.

Apenas iniciado ese movimiento de repliegue, en 2022 Ucrania es invadida por Rusia, dejando al descubierto la extrema debilidad militar de Europa y su total dependencia de la fuerza militar de los USA. La lógica del mercado se había impuesto sobre la lógica geoestratégica, esperable resultado de un proceso de globalización sustentado en un pacto implícito de no agresión militar, coherente con una significativa deslocalización interbloques.

Dos sonoros golpes consecutivos a sectores tan sensibles como los de sanidad y seguridad van a provocar el definitivo parón y marcha atrás en un proceso de globalización que entra en una fase inercial a partir de la crisis financiera sistémica de 2008, crisis de solvencia tratada como crisis de liquidez, por lo que continúa sin resolverse en la actualidad. Esa crisis sistémica ha sido camuflada por las medidas de híper liquidez aplicadas por los Bancos Centrales, medidas que han pasado de ser extraordinarias y coyunturales a convertirse en crónicas, generando un brutal exceso de liquidez que no ha podido ser absorbido ni vía crecimiento ni por ganancia de productividad, gestando un potencial inflacionista que finalmente ha tomado cuerpo y se ha convertido en la gran amenaza para la economía mundial.

 

Se está alumbrando una apresurada vuelta a los cuarteles de invierno de la autarquía estratégica, cuarteles que fueron abandonados antes de tiempo por unas oligarquías que se creyeron invulnerables, seguidas por una ciudadanía debidamente anestesiada por la adición a un consumo exacerbado. La declaración de Versalles del pasado 11 de marzo marcará un hito en ese cambio de paradigma que tanto va a afectarnos a partir de este crucial momento de inflexión.

El acelerado proceso de sustitución de la hegemonía militar por la hegemonía cultural y/o económica al que veníamos asistiendo desde los años noventa, va a desvanecerse por un largo tiempo, ya que el rearme militar conduce a la realimentación del nuevo escenario belicista.

El mundialismo globalista ha sufrido un significativo quebranto en su proceso subyacente, que no era otro que el de la culminación internacional en paralelo de la hegemonía cultural nihilista encabezada por los USA y la hegemonía productiva y logística capitaneada por China. Ambos procesos de predominio perderán protagonismo en beneficio de las soberanías nacionales y regionales.

 

  • DE LA GLOBALIZACIÓN Al VUELCO GEOESTRATÉGICO

 

Con la invasión rusa de Ucrania iniciada el pasado 24 de febrero se rompen los

delicados equilibrios geoestratégicos y económicos gestados a partir del atentado

terrorista islamista a las torres gemelas de Nueva York en 2001, redefinidos en 2006

con la segunda guerra del Golfo Pérsico (2003-2011) y en 2015 con la guerra de Siria

(2011-2017) y culminados con la vergonzosa estampida de Afganistán en 2021.

En los veinte años transcurridos en la lucha de las democracias occidentales contra el

terrorismo islamista se producen los siguientes hechos:

 

  • El proyecto de sustitución de regímenes totalitarios que fomentan el terrorismo islamista por democracias ha resultado inviable.
  • Los regímenes totalitarios que combaten el terrorismo islamista acaban siendo apoyados por las democracias occidentales.
  • La opinión pública occidental no asume la pérdida de vidas humanas en proyectos bélicos que terminan siendo fallidos.
  • Al tiempo que las democracias, salvo USA, no alcanzaban los mínimos de inversión en defensa, los totalitarismos procedían a un sistemático rearme, eso sí, con armamento producido en esas democracias “pacifistas”.
  • El colapso del Telón de Acero y el extraordinario desarrollo económico y militar de la China comunista trasladan el centro geoestratégico mundial desde el Mediterráneo al Pacífico.
  • La guerra contra fuerzas armadas islamistas, que vulneran sistemáticamente el Derecho Internacional, exige unas tácticas de combate capaces de simultanear la eficacia militar con la preservación de la población civil involucrada.
  • En las contiendas bélicas actuales se ha difuminado la línea de separación entre fuerzas terrestres, marítimas y aéreas, en las que la confrontación directa, el cuerpo a cuerpo, se sustituye por el ordenador a ordenador a distancia y en las que los objetivos de tierra, mar y aire son prácticamente intercambiables.
  • La traslación del centro de gravedad geoestratégico desde el Mediterráneo oriental al Pacífico exigió el introducir a Rusia en la ecuación de seguridad de Oriente Próximo. La prueba de fuego para la incorporación de Rusia a ese tablero geoestratégico se sustancia con su intervención desde 2015 en la guerra de Siria, una actuación tan radical como estabilizadora que favorece a Israel.
  • Con el fin de rentabilizar ese nuevo rol de gendarme clave de Oriente Próximo, Rusia invade y se anexiona Crimea en 2014, lo que le proporciona un acceso directo al mar Negro.
  • Rusia pretende, de nuevo, convertir Ucrania en un país satélite, instigando desde 2014 una guerra civil en la región del Dombás, y tratando de manipular el mapa político ucraniano.
  • Las alianzas de Rusia con la China comunista y con el resto de regímenes comunistas de todos los continentes plantean un gravísimo escenario de riesgo para todas las democracias.

 

  • LA REGIONALIZACIÓN Y EL REARME MILITAR, INDUSTRIAL Y ENERGÉTICO

 

El pasado 24 de febrero Rusia inicia la invasión masiva del territorio ucraniano con el fin de convertir Ucrania en una taifa rusa. Con ese objetivo moviliza unos ingentes medios militares que aseguren una victoria rápida y de bajo perfil cruento. Conviene señalar que esa injustificada actuación viene precedida por el recurrente incumplimiento mutuo de los sucesivos acuerdos firmados por Rusia y Ucrania, lo que constituye un claro indicio de que ambas partes se encaminaban al enfrentamiento armado, siendo la OTAN y la OSCE meros convidados de piedra.

La inesperada reacción del David digital, Ucrania, contra el Goliat analógico, Rusia, provoca una escalada bélica rusa de características criminales y de consecuencias tan temibles como imprevisibles.

 

– El asalto militar ruso a Ucrania ha violado las más elementales normas del Derecho Internacional y ha mostrado el alto grado de amenaza bélica para las democracias que comporta la insensata carrera de desarrollo, uso y /o amenaza de armamento ofensivo:

. Su ataque se está centrando en la población civil, bombardeando ciudades no desalojadas e incluyendo hospitales y suministros sanitarios, de energía, agua y alimentos.

. Hay múltiples acusaciones de haber perpetrado ejecuciones aleatorias de población civil desarmada.

. Atacó la central nuclear de Zaporiyia, poniendo en grave riesgo de exposición radioactiva a una gran parte de la población europea y rusa.

. Amenaza con la utilización de su arsenal de bombas atómicas como fuerza de agresión y no de disuasión.

. Prueba el nuevo misil de muy largo alcance “Sarmat”, 18.000 km, capaz de portar ojivas hipersónicas con carga nuclear.

. Utiliza por primera vez un misil hipersónico en los bombardeos a Ucrania, lo que constituye un peligroso precedente. Las armas hipersónicas son dirigidas por inteligencia artificial, lo que unido a su alta velocidad les permite vulnerar con facilidad los sistemas defensivos actuales.

 

El PIB de Rusia está algo por encima del español y el arsenal nuclear ruso es superior al de USA, con un PIB catorce veces mayor que el de Rusia. En la Unión Europea con un PIB diez veces mayor que el de Rusia, únicamente posee armamento nuclear Francia, con un arsenal veinte veces inferior al de Rusia. Si a ese absoluto desequilibrio unimos las escasas fuerzas militares convencionales de la Unión Europea, se entiende perfectamente que la amenaza de agresión militar para la Unión Europea y los países de Europa del Este proviene de una Rusia dominada por un régimen despótico y convertida en la primera potencia nuclear del planeta. Es una Rusia hiperarmada la que representa una grave amenaza real para la seguridad europea y no el paraguas defensivo de la OTAN en Europa el que pudiera representar una amenaza para Rusia.

 

Por otra parte, Rusia suministra a la Unión Europea el 40% del gas, el 27% del petróleo y el 47% del carbón que consume, por lo que minimizar esa fuerte dependencia va a requerir un largo tiempo y obligará a concebir unas nuevas centrales nucleares que sean inmunes al ataque de los misiles hipersónicos y a proteger especialmente las centrales actuales. Ese dilatado proceso de sustitución del suministro energético en la Unión Europea comportará un inevitable encarecimiento de la factura energética y un probable racionamiento en los suministros correspondientes.

El factor logístico va a cobrar una especial dimensión estratégica en todos los ámbitos, cobrando una creciente relevancia el transporte marítimo.

 

El citado sobreprecio reducirá drásticamente la competitividad de la economía europea que, además, se verá obligada a relocalizar industrias estratégicas, con el paralelo incremento de costes. A ambos efectos se le añadirán las restricciones y/o encarecimiento de la importación de suministros básicos y de componentes para las cadenas de producción, así como la consiguiente reducción del comercio mundial.

Todo ello, sumado al fuerte incremento que deberá registrarse en los capítulos de gasto en defensa, anuncia un oscuro paradigma de regionalización y rearme que provocará un largo periodo de estancamiento económico con alta inflación, unido a una acusada regresión en lo social y en lo político.

 

José Amengual

mayo 2022

CONTRA LAS LEYES BÁRBARAS

Cuenta Tucídides que los atenienses dictaron una ley prohibiendo morir en Delos, cosa que más de uno no pudo cumplir, por eso Solón, al comprobar que hay leyes contra toda razón, alegó ante un Tribunal de Justicia que es peor falsificar una ley que falsificar moneda, pues el dinero sirve para las transacciones privadas pero las leyes son la moneda del Estado. Se recuerda esto porque contra toda lógica y razón, a petición de la asociación de clínicas que practican abortos, la reciente Ley Orgánica 4/2022, de 12 de abril, ha modificado el Código Penal con el propósito no solo de penar las coacciones reales, sino también de castigar con prisión a cualquiera que perjudique el negocio que tales clínicas han montado alrededor del aborto, pues como toda clínica privada tienen interés lucrativo. A pesar de que es un hecho científico que el cigoto, el embrión y el feto no son un mineral ni un vegetal, sino un individuo de la especie humana en su estado primitivo de desarrollo, un niño distinto de sus padres, con su propio ADN; a pesar de que toda vida humana es un milagro que merece amor y respeto; a pesar de que el primer derecho fundamental que consagra la Constitución en su artículo 15 es el de la vida; a pesar de que actualmente el aborto provocado es la primera causa de mortalidad en España; a pesar de todo ello, incomprensiblemente el Estado no se ocupa de proteger la vida de los mas débiles e inocentes, sino de intentar encarcelar a quienes quieren hacerlo. En varias sentencias el Tribunal Constitucional ha declarado que la vida del no nacido es «un bien jurídico protegido por el artículo 15 de la Constitución», lo que supone, dice también, «que el Estado tiene la obligación de garantizar la vida, incluida la del nasciturusmediante un sistema legal que suponga una protección efectiva de la misma, incluyendo como última garantía normas penales». Es decir, la norma penal debería punir a quien ataca la vida humana, no a quien la defiende. Lo contrario trae a la memoria aquello que dijo Ortega, cuando aseguró que «la obra del político suele consistir en confundir las cosas más de lo que ya estaban».

La mejor defensa del niño no nacido es ayudar a su madre, especialmente a la que quiere abortarlo, y la primera ayuda, la que más respeta la autonomía de la mujer y le permite decidir con libertad, consiste en darle buena y objetiva información. Esto lo reconoce la propia ley reguladora del aborto. Pero ahí esta la cuestión: ni el Estado ni las clínicas abortivas informan adecuadamente. El Estado da a la madre una información genérica referida a las facilidades para abortar y sus consecuencias, y cuando se trata de aborto libre le entrega un sobre cerrado (que no tiene obligación de leer) con mera información administrativa genérica y estandarizada. Más aún, según la ley cuando se aborta sin información alguna ninguna consecuencia hay para la madre. ¿Puede sostenerse que una información administrativa que no hay obligación de leer, y que si no se presta no pasa nada, protege la vida del niño? Lógicamente la Asociación de Clínicas Acreditadas para practicar abortos hace publicidad de su negocio e informa sesgadamente, si informara con detalle de algunas de las crueles técnicas empleadas o de las posibles consecuencias del aborto probablemente tendrían menos clientes, por eso la patronal del aborto ha sido ya condenada penalmente por emitir publicidad engañosa en su página web. Más objetiva es la información que prestan la Asociación de Víctimas del Aborto (con la que no se ha contado) y otros movimientos cívicos, como la Plataforma por el Derecho a Vivir, Mujeres Contra el Aborto, Fundación Redmadre, Fundación Madrina, etcétera, cuyos miembros tienen constitucionalmente garantizados los derechos «a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción» (20.1. a CE), a la libertad (17), a circular libremente (19) y a manifestar sus sentimientos religiosos, incluyendo el rezar si lo desean, (16), de manera que incurre en delito quien por la fuerza se lo impide (522 CP). Estas personas no se mueven por interés, sino porque creen que el hombre es algo mas que un cuerpo y aman toda vida humana, especialmente la incipiente, la de los mas pequeños e inocentes, y no pretenden acosar ni forzar a nadie sino sencillamente informar y ayudar con humanidad y objetividad.

Pues la madre también tiene derecho a su libertad y no puede sufrir violencia ni ser coaccionada. En este sentido nada hay que oponer a una aplicación del nuevo «delito de coacción» a quienes realmente impidan a la gestante con violencia hacer lo que la ley no prohíbe. Es un hecho que en muchas ocasiones la primera víctima del aborto es la mujer que aborta, que presta su consentimiento con violencia, engaño o intimidación causada por un familiar, su pareja e incluso el Estado, que con sus leyes, programas, ayudas e informaciones subliminalmente coacciona incitando a las mujeres a abortar. Los Servicios Sociales, las Clínicas y las Oficinas de Planificación Familiar a menudo no buscan soluciones pensando en la madre y el niño, con frecuencia lo único que hacen es mandar a la gestante directamente a un centro especializado donde se le resuelve el «problema». En cambio quienes informan cerca de una clínica abortiva, o rezan ante ella, no acosan ni cometen el «delito de coacción» que ahora se tipifica. Hay una reiterada doctrina jurisprudencial (recogida en la sentencia del Tribunal Supremo de 7 de julio de 2021) que exige una serie de requisitos para este tipo penal, requisitos que no concurren por el hecho de informar civilizadamente o rezar respetuosamente. El primero es el fin, que debe ser impedir hacer lo que la ley permite, y en este caso el fin no es obstaculizar, al contrario, es ayudar a que, si se hace, se haga con conocimiento de causa. El segundo es la existencia de una actuación o conducta violenta, con «vis física» o «vis compulsiva», con intensidad necesaria para coartar la libertad de obrar, lo que tampoco concurre en este supuesto. Y el tercer requisito radica en que se trata de un delito de resultado, en el sentido de que la conducta cause directamente una limitación de la libertad, no bastando la mera molestia en el afectado, y esto tampoco comparece en la nueva ley, que lo primero que menciona son los «actos molestos». Ley, por cierto, que castiga con prisión o trabajos en beneficio de la comunidad, lo cual es otra incongruencia, ya que quienes informan o rezan no buscan lucro propio sino precisamente eso, el beneficio de la comunidad. En definitiva, si repartir folletos informativos fuese un delito habría que condenar a todos los que a diario lo hacen en los portales de nuestras casas, a la entrada de los espectáculos o en nuestros ordenadores. Y si rezar fuese un delito, también habría que condenar a los millones de fieles que a diario confían más en sus oraciones que en las reglamentaciones del gobierno. En todo caso informar y rezar por otros está bien, no mal, pues como dijo Terencio «soy hombre y ninguna vida humana me es ajena», y con Aristóteles cabe concluir que hay leyes como esta que deben cambiar sencillamente porque son irrazonables y bárbaras, y dado que debe buscarse lo mejor es absurdo seguir con ellas.