Recordar la memoria del grupo “Tácito”. Resultados de Premios 2022

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Recordar la memoria del grupo “Tácito”. Resultados de Premios 2022

El Aula Política del Instituto de Estudios de la Democracia CEU ha fallado el III Premio “GRUPO TÁCITO”, conoce a los ganadores.
21/04/2022

​Para recordar la memoria del grupo “Tácito”, nacido en el seno de la Asociación Católica de Propagandistas en la década de los 70 y de influencia decisiva en el proceso de transición a la democracia en España, el Instituto CEU de Estudios de la Democracia, convocó por tercer año el Premio GRUPO TÁCITO para Trabajos de Fin de Grado.

Finalizado el plazo de presentación de proyectos el pasado mes de octubre, el tribunal, compuesto por miembros  del Aula Política del Instituto CEU de Estudios de la Democracia, ha juzgado los trabajos y determinado el ganador de las diferentes categorías. De esta forma, los afortunados han sido:

  • Premio Grupo Tácito en la categoría de Arquitectura e Ingeniería a Carlos Palomo Rey, de la Universidad CEU San Pablo. Por su trabajo de fin de grado titulado: “Desarrollo de un Sistema para el procesamiento de memorias biográficas, basado en técnicas de procesamiento de lenguaje natural: tecnología al servicio de las personas y de sus recuerdos”Dirigido por el profesor Guillermo de la Calle.  

 

  • Premio Grupo Tácito en la categoría de Comunicación y Humanidades a Ramón Clemente Pérez Valientede la Universidad CEU Cardenal Herrera. Por su trabajo de fin de grado titulado: “El discurso ideológico en la radio: la moción de censura de Pedro Sánchez análisis de Hora 25 (SER) y La Linterna (COPE)”Dirigido por el profesor Yordi Pérez LLavador.

 

  • Premio Grupo Tácito en la categoría de Ciencias de la Salud a Francisco Jesús Morales Mateosde la Fundación San Pablo Andalucia CEU. Por su trabajo de fin de grado titulado: “Exclusión social, Nuevas tecnologías y Educación física”. Dirigido por el profesor Zacarias Adamez García. 

 

  • Ha quedado desierto el Premio Grupo Tácito para Derecho y Economía.
El Premio dotado con 1.000 € para los alumnos ganadores y 500€ para los profesores tutores será entregado en una ceremonia, presidida por nuestro presidente, Alfonso Bullón de Mendoza, el próximo 16 de junio de 2022. Con la convocatoria de estos premios, el Instituto CEU de Estudios de la Democracia pretende estimular entre los jóvenes graduados la reflexión sobre temas relacionados con España, su realidad, sus problemas y sus posibles soluciones.

¡Enhorabuena a los premiados!

TIEMPO DE DISCERNIMIENTO

La guerra de Ucrania es una tragedia que deberíamos haber evitado y que deberemos paliar con fortaleza para que surja la paz verdadera, la de los corazones, ausente desde hace mucho. Alcanzarla nos exige un esfuerzo de discernimiento y buena voluntad.

La responsabilidad rusa en el inicio de las actuales hostilidades ha merecido el reproche inapelable por haber roto dos normas del orden liberal: la inviolabilidad territorial y la renuncia al uso de la fuerza física.  Lamentablemente pocos de los países implicados en esta guerra híbrida pueden  tirar la primera piedra porque está vivo el recuerdo de ocasiones en las cuales quienes hoy acusan han pecado de lo mismo al precio de millones de vidas y decenas de millones de refugiados. Quizás por ello la ONU no puede articular una respuesta. El Consejo de Seguridad no es operativo por el veto ruso y, en la Asamblea General, Occidente no cuenta con el apoyo suficiente. Nadie está de acuerdo con la invasión pero una amplia mayoría de la humanidad tampoco piensa que Rusia sea la única responsable.

Para que, tras la contienda,  Europa pueda vislumbrar un futuro de paz verdadera, será necesario asumir hechos olvidados en el fragor de la propaganda. La alternativa sería una Europa dividida, dependiente, un actor cada vez más pobre y secundario para otros cien años de declive. Su “cancelación” como agente relevante en el futuro de la humanidad.

Sin duda la invasión  fue una decisión rusa y suya es la responsabilidad de la misma.  Sin embargo es moralmente obligado recordar que lo que hoy vivimos tiene un hilo conductor del cual no solo Rusia es responsable.

Tras el derrumbe de la Unión Soviética y entre los acuerdos que se van desclasificando desde finales de los 90,  hoy podemos recordar las palabras de James Baker  a Gorbachov en Febrero de 1990 en Moscú: “…La OTAN es el mecanismo para asegurar la presencia de los Estados Unidos en Europa. …Entendemos que no solo para la URSS sino para otros países del este es importante tener garantías de que si Estados Unidos mantiene su presencia en Alemania en el marco de la OTAN, ni una pulgada de la actual jurisdicción militar de la OTAN se expandirá hacia el este.”

O los Pactos de Paz y Convivencia para Europa, –Carta de París– rubricados en Noviembre de 1990 por los países de Europa occidental, EEUU, Canadá y la Unión Soviética.  En ellos figuraba este párrafo: «La seguridad es indivisible y la seguridad de cada estado participante está inseparablemente vinculada a la de todos los demás”

Pese a ello, la OTAN se expandió integrando inicialmente Polonia, Chequia y Hungría de la mano de nuestro Javier Solana que sí procuró el acuerdo de Rusia. Años después, ya con la abierta oposición rusa, se incorporaron repúblicas ex soviéticas hasta llegar a Bielorrusia y Ucrania. Dos partes de la Rusia histórica y, en el caso de Ucrania occidental, también de Polonia.

Un  detalle importante que se superpone a lo anterior es que, al salir EEUU de parte de los “Tratados de no Proliferación”, la OTAN puede instalar en Europa misiles nucleares de alcance medio con lo cual el tiempo de reacción de Rusia no llega a cinco minutos. Para Rusia, como para los EEUU en su día,  esto representa un riesgo existencial inaceptable.

Como resultado de todo ello países de la órbita soviética entraron en la OTAN  mientras otros –Francia y Alemania principalmente–  se oponían a ello porque, entre otras razones, dificultaría mucho la necesaria autonomía de la UE para construir su ejército. Esta postura cedió a la presión de los EEUU que en estas cuestiones conserva  las directrices estratégicas de Mackinder para Eurasia.  Entre otras personalidades, los principales estrategas norteamericanos, Kissinger, Brzezinski y Kennan, también mostraron su oposición a esta expansión de la OTAN, Su argumento fue que dichos movimientos provocarían la reacción que ahora vivimos.

Así pues los ofrecimientos de integración en la OTAN y en la  UE continuaron hasta que un presidente electo, Yanukovich, decidió mantenerse en la esfera de cooperación con Rusia. Esto provocó el sangriento golpe de estado del 2014, la toma incruenta de Crimea por parte rusa y el levantamiento del Donbas con sus víctimas ignoradas durante ocho años hasta la reciente invasión.  El  silencio general de los medios europeos sobre las  más de 13,000 víctimas de los bombardeos ucranianos en los territorios separatistas fronterizos con Rusia ha sido sentido por la ciudadanía rusa como otra prueba del desprecio occidental ante su supuesta debilidad.

Por otra parte han surgido muy recientemente otras facetas poco conocidas por el público. Entre ellas, que la OTAN está presente en Ucrania desde 2007 bajo la cobertura de instrucción militar en la base de cuatrocientos kilómetros cuadrados bombardeada días atrás. O la controvertida red de laboratorios reconocidos el 8 de Marzo por Victoria Nuland, Subsecretaria de Estado, y la ex-congresista Tulsi Gabbard en programas de gran audiencia de Fox-News. Ambas urgiendo que no cayesen en manos rusas.

La mayor parte de la prensa occidental no ha reflejado o ha desmentido estos hechos y construye un relato que confirma que la verdad es la primera víctima de la guerra al tiempo que lentamente evidencia que alguna responsabilidad tenemos en la situación.

Ya sabemos que las sanciones van a tener para la UE un coste superior al de Rusia comenzando por los precios de todo lo relacionado con la energía. Es decir, todos los productos y toda la industria. Los ciudadanos ven que los perjudicados de este desastre  somos los europeos de a pie, rusos y ucranianos incluidos, y que los grandes beneficiados son los EEUU y una China que sabe ser ganadora gracias a errores ajenos.

Mirando hacia adelante, este tiempo debe ser de discernimiento para reconocer con humildad que la UE tiene muy graves cuestiones existenciales que se deben estudiar    con la transparencia exigible por una ciudadanía adulta. Es  hora de reflexión para salir, en positivo, de nuestra condición de protectorado en decadencia.