Periódico La Razón – Dinero y Negocios
Javier Morillas
28 de febrero de 2021
En Bilbao está desde hace 25 años la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Y la semana pasada tuvieron lugar allí unas jornadas internacionales cofinanciadas por la Comisión y el Centro Español para Asuntos de los Trabajadores, CEAT, homónimo del europeo EZA con sede en Alemania, para analizar cómo hacer los lugares de trabajo europeos más saludables, seguros y productivos.
En ellas se expusieron los objetivos estratégicos actuales de la Agencia por Marta Urrutia, mostrando cómo cuando las empresas deciden invertir en mejorar sus instalaciones y entorno, mejora la salud de los empleados, se pierden menos horas de trabajo, mejora el ambiente laboral y sube la productividad. Sin embargo, la crisis provocada por la pandemia ha supuesto una parálisis de muchas de esas inversiones. Y cómo junto al teletrabajo quedarán secuelas, consecuencia del mayor paro, problemas psicológicos, y «un mañana que empezó ayer», como señalaron María Reina (Portugal) y Piergorgio Sciaqua (Italia).
En la mesa que me correspondió moderar con representantes de Unión Sindical Obrera, Eslovaquia, Rumanía, … destacó la intervención de Aneta Szczykutowicz (Polonia),señalando una triple perturbación: corporal (más obesidad, sedentarismo, …), mental (ansiedad, depresiones,…) y espiritual (pérdida de esperanza, del sentido de comunidad, de fe…). Y cómo en estudios de la Universidad de Varsovia se había deducido que la pandemia nos hace más frágiles, pero que el sistema se debilita menos y se torna más inmune en las personas más religiosas. Una interesante línea de investigación dentro de la Unión Europea.