Editorial
Nosotros, el Aula Política del Instituto de Estudios de la Democracia somos herederos del Grupo Tácito. Nacidos en el tardofranquismo, en el Colegio Mayor San Pablo a instancias de Abelardo Algora, los Tácitos, con sus apariciones en prensa, aportaron una salida moderada del Régimen. Muchos fueron los que se convencieron de que esta era la evolución más sensata de la dictadura y el más convencido fue Adolfo Suárez y, si duda, el Rey Juan Carlos. Fueron ellos, desde el Gobierno y las Instituciones quienes sentaron las bases de la convivencia democrática que supuso, con los partidos de de izquierdas, el gran milagro de la Transición española que asombró al mundo.
Muchas cosas han cambiado desde entonces y quizás, lo más grave son los intentos de revisión de aquellos principios de moderación que hicieron posible el consenso de la Transición. Como en otras ocasiones en la historia de España, por ejemplos los dos intentos republicanos, la izquierda española ha vuelto a su vocación liberticida provocando el enfrentamiento entre españoles. Asombra ver como tratan de desmoronar el gran pacto de la Transición con fines exclusivamente electoralistas sin que les tiemble el pulso. De todo ello dará cuenta la historia, como ya está pasando con algunos de los primeros responsables de esto.
Pero quizás debamos volver a la moderación sin acusar las continuas provocaciones de quienes dominan perfectamente el arte de la disuasión y la propaganda de agitación política con fines exclusivamente de beneficio propio. Esto es mas acusado en quienes no conocen otra forma de hacer política que la del partido único y responden a una estrategia supranacional de obscuros intereses.
Frente a estos, estamos y estará siempre el Aula Política del Instituto de Estudios de la Democracia, con una inequívoca vocación de servicio a España.